A veces, aunque todo “va bien”, vivimos desconectad@s.
Podemos estar en medio de una conversación y no escuchar realmente. O salir al monte y no ver lo que tenemos delante. Llegar a casa y no recordar cómo llegamos.
¿Te ha pasado?
Esa es una de las señales más claras de que estás funcionando en piloto automático.
Algunas señales comunes:
- Sientes que repites los días en bucle.
- Haces muchas cosas, pero pocas te nutren de verdad.
- Te descubres en diálogos mentales repetitivos (pasado o futuro).
- Te cuesta tomar decisiones desde ti: todo va por inercia.
- Incluso en momentos bonitos, no logras disfrutarlos del todo.
Pequeños gestos para volver al presente:
No hace falta un gran cambio. A veces, lo pequeño y constante abre más puertas que lo espectacular.
Aquí tienes algunos gestos para volver a ti:
- Respira antes de empezar el día. Solo un minuto. Antes del móvil. Solo tú y tu respiración.
- Haz algo distinto a propósito: cambia la ruta habitual, camina descalz@, come en silencio.
- Observa tus reacciones: ¿puedes pausar 3 segundos antes de responder?
- Escribe una línea al día: ¿Cómo me siento? ¿Qué agradezco hoy?
- Conecta con el cuerpo: estírate, mueve tu energía, aunque sea 5 minutos.
Una reflexión personal
Yo también he vivido etapas en las que iba en piloto automático. Todo estaba bien, pero yo no estaba. No en mí. No en el presente.
Recuperar la presencia ha sido un proceso suave, pero poderoso. He aprendido que cada vez que paro, cada vez que respiro, regreso a casa.
No necesitas hacerlo perfecto. Solo empezar.
¿Y tú, estás viviendo o solo funcionando?
